El Síndrome del Niño Hiperregalado

A falta de muy poco para que llegue Navidad, muchas familias ya están planeando sus compras navideñas. Gracias al auge del e-commerce y a estrategias, como el Black Fridaymuchos de nosotros hemos adelantado nuestras compras buscando el máximo ahorro posible. Según un estudio de 2020 realizado por Kantar sobre «Tendencias de Consumo en Navidad»,  los españoles prevén gastarse una media de 240€ en regalos,  ¡Y el mayor presupuesto se destinará a los más pequeños de la casa!

¿Qué consecuencias puede tener que los niños/as reciban muchos regalos? Hoy nos acompaña Dori Sánchez (en Instagram @dorisanchez_psicologa), psicóloga y mamá, para darnos respuestas sobre el conocido «síndrome del niño hiperregalado». ¡Vamos allá con la entrevista!

ÍNDICE

¿Recibir muchos regalos puede influir negativamente en la personalidad de nuestros hijos/as?

Sí. El exceso de regalos que reciben los niños (fundamentalmente en época navideña) influye negativamente en la personalidad. Esto se verá reflejado en adolescentes insatisfechos, que entran en cólera cuando no consiguen lo que desean y como desean. Se convertirán en personas poco empáticas y exigentes, no valorando el esfuerzo que realizan sus padres para poder comprarle las cosas que demandan y, además, serán personas muy caprichosas, ya que siempre han estado acostumbrados a recibir un gran número de regalos.

Este exceso de regalos les puede afectar a los niños de las siguientes maneras:

  1. Pérdida de ilusión: La ilusión va decayendo con cada regalo que van abriendo, es decir, el primer regalo lo abren con mucha más ilusión que el último.
  2. Niños sobreestimulados: El cerebro de los niños no está preparado para procesar el elevado estímulo que le produce recibir abundantes regalos y procesar el significado de tanta información al mismo tiempo, por lo que pueden desarrollar falta de interés y no prestar atención a su utilidad. Se acaban centrando en uno mismo y olvidándose por el momento del resto.
  3. Bajo nivel de tolerancia a la frustración: El día que no reciba tantos regalos se sentirá decepcionado. En la actualidad, los niños valoran más la cantidad recibida que su valor simbólico.
  4. Disminución del espacio destinado a la creación y creatividad: Verse inmerso en un cúmulo de juegos y juguetes provoca que no tenga que desarrollar su propio entretenimiento.

¿Qué consideras que sería lo más importante a la hora de escoger un regalo para un niño/a?

Me parece fundamental a la hora de escoger un regalo tener en cuenta los siguientes aspectos: 

– Momento evolutivo del niño (Desarrollo motor, cognitivo, lenguaje, social, afectivo). 

– Preferencias / Intereses: Para ellos va a ser muy positivo recibir el juguete con el que habían estado pensando durante mucho tiempo, esto va a hacer que estén mucho más motivados a la hora de jugar. 

– Posibilidades que ofrece el juguete

  1. Permite sociabilizar y compartir: Los juguetes que permiten jugar con otros niños o con la familia siempre deben estar entre nuestros regalos. El tiempo en familia es algo muy valioso. Hazles saber que te sientes feliz con ellos y que te importan, préstales tanta atención como puedas, y que ese sea tu regalo para ellos, el más valioso de todos.
  2.  Atractivo.
  3. Diversidad de materiales que le permita explorar diferentes texturas.
  4. Poco estructurado: Favorece la imaginación y el juego simbólico algo fundamental en el desarrollo infantil.

– Respetuoso con el medio ambiente y seguro:

  1. Tener en cuenta el material: Los juguetes realizados con plástico y con pilas son los que más impacto tienen sobre el medio ambiente.
  2. Respetar las edades sugeridas por los fabricantes.

¿Consideras positivo establecer un límite de regalos?

Definitivamente sí. Me parece muy necesario poner un límite en los regalos de navidad para no caer en el «síndrome del niño hiperregalado». Lo recomendable es que cada niño no reciba más de cuatro regalos.

Por otro lado, los niños también necesitan ropa para vestirse, material para el colegio… ¡Y la Navidad es una muy buena oportunidad para reponerlos! Existe una regla denominada la regla de los cuatro regalos que propone regalarles:

– Algo para ponerse o llevar:

Quizás recibir una prenda, unas zapatillas o una bufanda no les hace demasiada gracia, ¡aunque puede convertirse en un regalo ilusionante si lo eliges de algo que les gusta! (Superhéroes, princesas…).

– Algo para leer:

Los libros les abren la puerta a la fantasía y a un mundo ilimitado de posibilidades. Sin duda, les enriquecen más que un juguete.

– Algo que deseen:

Los niños tienen la ilusión de recibir todo lo que han pedido en sus cartas. Hacerles elegir uno les ayudará a ser más selectivos y le darán mucho más valor.

– Algo que necesiten:

Los niños están acostumbrados a que papá y mamá les compren todo lo que necesitan para su día a día. Incluir las cosas que también necesita en la carta le enseñará a valorar más estas pequeñas cosas. Puede ser sea material escolar, productos de aseo, algún artículo para sus actividades extraescolares…

¿Crees que los niños/a necesitan de tantos juguetes para desarrollar la creatividad e imaginación?

No, al contrario. El exceso de juguetes termina provocando aburrimiento y disminuye su capacidad imaginativa. De hecho, aunque los niños necesitan juguetes para desarrollar tanto sus habilidades motoras, como cognitivas, no podemos olvidar que también se puede jugar sin juguetes, y es precisamente en esos momentos sin guion preestablecido cuando más se desarrolla la creatividad. 

¿Cómo podemos actuar ante los reproches o lloros de un niño/a que no ha recibido tantos juguetes como antes?

Si el niño reacciona con una rabieta es una magnífica oportunidad para que los padres conviertan esa frustración en aprendizaje.

Algunas lecciones que podemos transmitir a nuestros hijos es que «No siempre obtenemos en la vida lo que esperamos de ella». Es importante que validemos su emoción, decirle que entendemos que se sienta así porque esperaba más regalos, pero que intente ver el lado positivo de los regalos que ha recibido.

Si observamos que empieza a perder el control de la situación, le animaremos a cambiar de espacio o actividad, ofreciéndole un par de propuestas que pueda elegir.

Ante la rabieta, hay que evitar contagiar al niño el nerviosismo y demostrarle que se controla la situación (eso le dará mucha seguridad). Es importante bajar a su nivel para hablarle con cariño y respeto, intentando que el pequeño mire a los ojos y sienta que se validan sus sentimientos.  Es importante felicitar al niño cuando empieza a querer controlar su ira y vaya reduciendo su agresividad. Una vez finalizada la pataleta, con grandes dosis de cariño, podemos ponerle nombre a la emoción que ha experimentado y busquen juntos posibles soluciones    

Acompañar las rabietas pasa por sostener, acoger, comprender y escuchar. Son la oportunidad perfecta para enseñarles que nuestra comprensión no tiene condiciones y que estamos a su lado sin condición.

¿Te ha gustado este artículo? ¡Déjanos un comentario con lo que te ha parecido la entrevista a la psicóloga Dori Sánchez!

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